viernes, 12 de abril de 2013

Crecer

Sus ojos eran el mundo
el único que conocía
y sus manos, sus guías
que le enseñaban a donde ir.

Su risa.. oh su risa
era todo para ella
era un gran tesoro.. que se descubría
cuando menos se lo pensaba

pero todo eso se apagó
cuando el tiempo empezó a correr
y la niña de vestido rosa
se convirtió en una mujer

y comenzó a ver con sus propios ojos
comenzó a definir su mundo
su camino..

y aprendió
el valor de esos momentos
irrepetibles,  de aquella niñez
tan lejana.. pero tan presente
en cada lágrima

Quisieron ser eternos
pero el tiempo los engañó
cada uno cambia..
y el cielo, los cambió

Pero el amor..
ese de la primera bocanada
sigue en ellos.-

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